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Elija guantes adecuados para el tipo de superficie donde juega habitualmente y para las condiciones climáticas que suele enfrentar.
Opte por la espuma de la palma que mejor se ajuste a sus requerimientos.
Verifique las características adicionales de los guantes que podrían mejorar su desempeño.
Decida si necesita protección en los dedos, seleccione el corte que le resulte más cómodo y asegúrese de elegir el tamaño correcto.
¡Recuerda siempre! Para eliminar residuos de jabón del proceso de fabricación, es esencial lavar los guantes con agua tibia antes de su primer uso.
Solo tras este lavado inicial, los guantes desarrollarán plenamente sus capacidades de agarre.
La humedad ayuda a que la superficie del guante se vuelva más pegajosa, lo cual es esencial para atrapar y sostener el balón con seguridad.
Humedecer los guantes ayuda a mantener la suavidad de la espuma de látex en la palma.
Los porteros pueden sentirse más confiados en su capacidad para controlar el balón, lo que puede llevar a mejores decisiones bajo presión y una técnica de parada más efectiva.
Limpiar los guantes con agua tibia (cerca de 35º) después de su uso para quitar la suciedad que reduce su capacidad de agarre.
Evitar el uso de soluciones agresivas o limpiadores potentes.
Optar por el lavado a mano en vez de la lavadora.
Para obtener una limpieza óptima, emplear un detergente diseñado específicamente para guantes.
Durante el proceso de secado, gira los guantes varias veces para asegurarte de que se sequen de manera uniforme por dentro y por fuera.
La exposición directa puede dañar el material y reducir la efectividad del agarre. Opta por un lugar sombreado y bien ventilado.
Evita secadores, radiadores o cualquier otro dispositivo que emita calor directo. El calor puede afectar la estructura de la espuma de la palma y debilitar el látex.
Guarde los guantes en un lugar fresco, oscuro y seco.
El látex muestra señales de desgaste incluso luego del primer uso.
Las propiedades adherentes se mantienen intactas hasta el desgaste máximo del guante.
Con el tiempo, los guantes se moldean a la forma de las manos del portero, lo que puede aumentar la comodidad y el control durante el juego.
A medida que los guantes se desgastan, el portero se acostumbra a su nivel de agarre y amortiguación, lo cual puede ayudar a mantener una consistencia en su técnica y desempeño.
Elija guantes adecuados para el tipo de superficie donde juega habitualmente y para las condiciones climáticas que suele enfrentar.
Opte por la espuma de la palma que mejor se ajuste a sus requerimientos.
Verifique las características adicionales de los guantes que podrían mejorar su desempeño.
Decida si necesita protección en los dedos, seleccione el corte que le resulte más cómodo y asegúrese de elegir el tamaño correcto.
¡Recuerda siempre! Para eliminar residuos de jabón del proceso de fabricación, es esencial lavar los guantes con agua tibia antes de su primer uso.
Solo tras este lavado inicial, los guantes desarrollarán plenamente sus capacidades de agarre.
La humedad ayuda a que la superficie del guante se vuelva más pegajosa, lo cual es esencial para atrapar y sostener el balón con seguridad.
Humedecer los guantes ayuda a mantener la suavidad de la espuma de látex en la palma.
Los porteros pueden sentirse más confiados en su capacidad para controlar el balón, lo que puede llevar a mejores decisiones bajo presión y una técnica de parada más efectiva.
Limpiar los guantes con agua tibia (cerca de 35º) después de su uso para quitar la suciedad que reduce su capacidad de agarre.
Evitar el uso de soluciones agresivas o limpiadores potentes.
Optar por el lavado a mano en vez de la lavadora.
Para obtener una limpieza óptima, emplear un detergente diseñado específicamente para guantes.
Durante el proceso de secado, gira los guantes varias veces para asegurarte de que se sequen de manera uniforme por dentro y por fuera.
La exposición directa puede dañar el material y reducir la efectividad del agarre. Opta por un lugar sombreado y bien ventilado.
Evita secadores, radiadores o cualquier otro dispositivo que emita calor directo. El calor puede afectar la estructura de la espuma de la palma y debilitar el látex.
Guarde los guantes en un lugar fresco, oscuro y seco.
El látex muestra señales de desgaste incluso luego del primer uso.
Las propiedades adherentes se mantienen intactas hasta el desgaste máximo del guante.
Con el tiempo, los guantes se moldean a la forma de las manos del portero, lo que puede aumentar la comodidad y el control durante el juego.
A medida que los guantes se desgastan, el portero se acostumbra a su nivel de agarre y amortiguación, lo cual puede ayudar a mantener una consistencia en su técnica y desempeño.
Elija guantes adecuados para el tipo de superficie donde juega habitualmente y para las condiciones climáticas que suele enfrentar.
Opte por la espuma de la palma que mejor se ajuste a sus requerimientos.
Verifique las características adicionales de los guantes que podrían mejorar su desempeño.
Decida si necesita protección en los dedos, seleccione el corte que le resulte más cómodo y asegúrese de elegir el tamaño correcto.
¡Recuerda siempre! Para eliminar residuos de jabón del proceso de fabricación, es esencial lavar los guantes con agua tibia antes de su primer uso.
Solo tras este lavado inicial, los guantes desarrollarán plenamente sus capacidades de agarre.
La humedad ayuda a que la superficie del guante se vuelva más pegajosa, lo cual es esencial para atrapar y sostener el balón con seguridad.
Humedecer los guantes ayuda a mantener la suavidad de la espuma de látex en la palma.
Los porteros pueden sentirse más confiados en su capacidad para controlar el balón, lo que puede llevar a mejores decisiones bajo presión y una técnica de parada más efectiva.
Limpiar los guantes con agua tibia (cerca de 35º) después de su uso para quitar la suciedad que reduce su capacidad de agarre.
Evitar el uso de soluciones agresivas o limpiadores potentes.
Optar por el lavado a mano en vez de la lavadora.
Para obtener una limpieza óptima, emplear un detergente diseñado específicamente para guantes.
Durante el proceso de secado, gira los guantes varias veces para asegurarte de que se sequen de manera uniforme por dentro y por fuera.
La exposición directa puede dañar el material y reducir la efectividad del agarre. Opta por un lugar sombreado y bien ventilado.
Evita secadores, radiadores o cualquier otro dispositivo que emita calor directo. El calor puede afectar la estructura de la espuma de la palma y debilitar el látex.
Guarde los guantes en un lugar fresco, oscuro y seco.
El látex muestra señales de desgaste incluso luego del primer uso.
Las propiedades adherentes se mantienen intactas hasta el desgaste máximo del guante.
Con el tiempo, los guantes se moldean a la forma de las manos del portero, lo que puede aumentar la comodidad y el control durante el juego.
A medida que los guantes se desgastan, el portero se acostumbra a su nivel de agarre y amortiguación, lo cual puede ayudar a mantener una consistencia en su técnica y desempeño.
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